Cuando el silencio de la noche devora mi calma

y maquina mi mente agonizante ,

llegas tú

arrastrando por las sábanas tu lengua

como bestia sedienta

te espero y escucho

tus cánticos agonizantes en mi oído

haciendo enloquecer el vértice descomunal de mis piernas

haciendo enloquecer con tu voz los vértices de mi cuerpo

mis axilas,

mis orejas

copio tu papel salvaje del performance nocturno

me agrada montar sobre ese escudo caudaloso de tu pecho

para llegar a tu boca entreabierta que deja ingresar como río amis susurros

carcomiendo con mi dientes despiadados tu cuello y tus lóbulos

impregnados del rojo en cada poro

me elevas para admirarme y perderte en mis vacíos

me elevas para llenarme

y mi ombligo se convierta en almacén de tus deseos.

Rox Fransheska